5 nov 2011

El amor y el erotismo en El Cantar de los Cantares


El amor y el erotismo en El Cantar de los Cantares


El amor y el erotismo son dos de las vertientes de un sentimiento muy complejo que forma parte de la identidad de todos los seres humanos: el amor se refiere a un hecho que nos permite establecer un diálogo social o interior mientras que el erotismo, aparece como una expresión del amor más ligada a los instintos. Ambos  temas se observan en toda la tradición artística y especialmente en la literatura desde los mitos y leyendas de la antigüedad hasta el presente
  El Cantar de los Cantares, precisamente, constituye un ejemplo de interpretación polémica de la dualidad entre lo ideal y lo sensual.
  Este Cantar pertenece a la Biblia, conjunto de libros canónicos del judaísmo y del cristianismo, escritos primero en arameo y hebreo (Antiguo Testamento) y luego en griego (Nuevo Testamento) que constituye la palabra de Dios para los creyentes; tiene carácter espiritual; cuenta la historia de la humanidad, su creación, su caída en el pecado y su salvación; y define los atributos y el carácter de Dios y como se relaciona con el ser humano. 
    En cuanto a la forma y sus estilos literarios podemos señalar que se parecen a los de  la literatura del Antiguo Oriente, lo cual se observa, por ejemplo, en la idea de la creación y la narración del Diluvio que aparece en el Génesis y que se encuentran ya en las literaturas egipcia y mesopotámica, en las crónicas de reyes o en los textos sapienciales.
  Los libros bíblicos se dividen en Antiguo Testamento  y  Nuevo Testamento.En el Antiguo Testamento se narra la antigua alianza de Yahvé  (Dios) con el pueblo de Israel, y recoge su historia, tradiciones, profecías y enseñanzas morales.
  En él podemos rastrear diferentes estilos:   
 Narraciones en las que los autores relatan, en muchas ocasiones, acontecimientos históricos poco rigurosos porque se basan en tradiciones orales  que luego interpretan con propósito religioso y refieren en forma de narración.
  Estos textos incluyen subgéneros narrativos como: Mitos o narraciones fabulosas e imaginarias que dan una explicación no racional de la realidad y que se manifiestan a través de narraciones divinas sobre la creación del mundo y del hombre o sobre la lucha de Dios contra Leiviatán que se relata en el Génesis; Literatura homilética sobre fenómenos maravillosos que podrían suceder en cualquier tiempo y servirían para explicar sucesos de difícil comprensión; y Sagas sobre una ficción o un suceso histórico concreto.
Textos legales donde se exponen las normas y preceptos que marcan la conducta del pueblo hebreo.
Textos proféticos sobre las palabras de los profetas o mensajeros de la voluntad divina, en forma de discursos en verso que sirven de modelo para la composición de poemas en la literatura hebrea. Entre ellos tenemos El Libro de Isaías, uno de los más destacados por la belleza de sus versos, su equilibrio, la fuerza de sus imágenes y el adecuado uso de los recursos estilísticos.
Textos gnómicos de carácter poético, sapiencial y didáctico que presentan tres características: lirismo en la expresión profunda de los sentimientos: cantos de amor, poemas de oración, poesía mística, etc.; una profunda religiosidad y riqueza de imágenes poéticas, muchas de las cuales recuerdan a los textos orientales por su colorido y brillantez; y la expresión de la imagen a través de la asociación de dos o más conceptos complementarios que se repiten creando un ritmo paralelístico que se presenta de tres formas: sinonímico (dos ideas yuxtapuestas que expresan la misma idea), antitético (hechos contrarios) y sintético (los dos miembros se reparten las ideas complementándose entre sí). De entre ellos destaca El Cantar De Los Cantares.
Los libros del Nuevo Testamento narran la vida enseñanzas de Jesucristo e incluye los cuatro evangelios canónicos, los Hechos de los apóstoles, las epístolas y el Apocalipsis -único libro de carácter exclusivamente profético, es el escrito más críptico de toda la Biblia, pues el gran número de símbolos, visiones y sucesos que describe, complica la interpretación del texto-.
Con respecto al Cantar de los Cantares  hemos de señalar varios aspectos:
Se supone que fue compuesto entre los siglos V y IV a.C. en Palestina por el rey Salomón, hijo del rey David cuyo reinado fue una época de paz y prosperidad para el pueblo de Israel, que había sufrido miserias, intolerancias y exilios. La sabiduría de Salomón superaba a todos los grandes de su tiempo, tanto que su nombre se ha convertido en sinónimo de sabio. Rey y poeta fue un hombre adelantado a su tiempo, pues sus conocimientos abarcaban la filosofía, la religión y la naturaleza. 
 El nombre de "Salomón" aparece al comienzo del Cantar lo que ha llevado a pensar que pudo ser el autor del poema o que fue quien lo inspiró; si embargo, se discute porque las fechas de vida y de la obra no coinciden; de cualquier modo, lo cierto es que el nombre del rey pesó de modo definitivo para que el libro se incluyera entre los libros sapienciales del pueblo de Israel.
El título "Cantar de los Cantares" es una expresión que se corresponde literalmente con la inicial del texto hebreo de la Biblia: shir hashirim, fórmula idiomática muy condensada, cuyo sentido puede traducirse como “el más hermoso de los cantos”.
Se trata de un poema distribuido en 117 versículos en los que dos enamorados manifiestan sus sentimientos recíprocos alternativamente mediante un lenguaje apasionado, de alto nivel literario y brillante colorido, pleno de símiles y espléndidas metáforas que se orientan a la exaltación del amor entre la mujer y el hombre. 
El esposo mira a la esposa como a un dechado de perfecciones y la contempla a través de lo que es más apetecible para él sea viña, fuente, nardo o azafrán; la belleza de los enamorados y las delicias del amor son como los frutos de la tierra, los lirios, el vino, la leche o el panal de miel. El poema también expresa la angustia por la ausencia del ser amado, la felicidad del encuentro y el anhelo de la mutua entrega.
A lo largo de la historia, el sentido de las metáforas propuestas por el Cantar ha sido rechazado a pesar de su evidencia. A muchos intérpretes, tanto judíos como cristianos, les ha resultado impensable que, entre los demás libros de la Biblia, pudiera aparecer uno de carácter secular cuyo fin no fuera otro que festejar la dicha de los esposos unidos por el amor de carácter humano. Por eso, se ha tratado de encontrar en el libro un segundo sentido, de estricta naturaleza religiosa y oculto que, primero, por parte del judaísmo se  interpretó como una exaltación alegórica del pacto de Jehová con Israel y más adelante por parte de la iglesia,  como la relación con Cristo prefigurada en los enamorados protagonistas del poema y finalmente,por parte de la lírica cristiana como la más perfecta referencia a la unión del alma con Dios.
Todas estas interpretaciones han oscurecido la esencial y más sencilla que subyace a la obra y que la vincula a la tradición literaria de los antiguos himnos de boda de la sociedad israelita; canciones entonadas unas por los novios y otras por los familiares y convidados, quienes bailaban y cantaban durante los siete días que duraban los festejos nupciales.
         El tema del amor se trata en todas sus dimensiones y se divide en cinco partes: nace el amor, crece el amor, cortejo nupcial, juegos de amor y triunfo del amor.
El Cantar de los Cantares es un conjunto de cantos perfectamente identificados que no conforman una antología poética ya que todas las canciones se encuentran enlazadas por versos de transición que ofrecen cierta unidad narrativa, hecho que demuestra que fueron compuestas para ser cantadas.
Como señalamos antes, el Cantar de los cantares es el único libro en la Biblia que desarrolla también el amor en su vertiente erótica ya que la expresión amorosa no se asocia con el matrimonio sino con una relación de amistad (amiga/amada mía) como expresión de mutuo placer y a la que se añaden incesantes alabanzas eróticas al cuerpo humano (femenino masculino) lo que contradice el desprecio del cuerpo (como “cárcel del alma”) del neoplatonismo y la ideología sexual agustiniana de la iglesia (las prácticas sexuales solo pueden darse en el marco del matrimonio monogámico, exclusivo y permanente, y con el propósito de procrear hijos).
Además, esta idea de amor humano también es corroborada por otros rasgos como:
La gran preeminencia de símbolos que los adultos en Israel y los países cercanos utilizan para describir las relaciones matrimoniales en una manera sana y hermosa, con la aprobación de Dios. Entre estos símbolos nos encontramos con: 1:6 Mi viña, que era mía - su cuerpo-; 1:15 Tus ojos son como palomas -ella era virgen-; 2:3 La sombra, su fruto, como el manzano- símbolos de los órganos sexuales del varón-; 2:5 Sustentadme con pasas -fertilidad, interés sexual, pasión, enferma de amor - embriagar con pasión-; 2:6 Me abrace -acariciar sus genitales-; 2:9 Semejante al corzo o al cervatillo - sugiere lo varonil del amado; 2:15 Las zorras pequeñas - tentaciones y problemas sexuales-; 2:16 El apacienta entre lirios - refiere al tocar y besar, ternura-; 2:17 Hasta que apunte el día - ella quiere continuar hasta la mañana.
Hay numerosas las palabras que el poeta utilizó para expresar sensaciones y estados anímicos, humanizando los elementos de la naturaleza y esto se observa particularmente en la descripción de la belleza femenina que se realiza, casi exclusivamente, comparando el cuerpo con objetos de la realidad inmediata; también utiliza aspectos visuales que se relacionan con el paisaje circundante (rasgos geográficos de Israel) entre los que aparecen  metales y piedras como el zafiro, el diamante, la perla, el alabastro, el marfil, etc. junto con especias y aromas, flores, frutos, maderas, árboles... que perfuman las canciones.
El carácter antecedente y pagano cuando se hace alusión al "manzano", símbolo del matrimonio de la filosofía sumeria sobre el origen del hombre y su destino (este fue creado bajo un manzano); o la referencia a las pasas, las mandrágoras y las manzanas tienen poderes afrodisíacos para revitalizar el amor y fomentar la fertilidad.
O la presencia del Líbano que era el país de la sabiduría y todo lo que de él se desprendía tenía esta característica: cedros, maderas, perfumes...; por su parte la Azucena es símbolo de belleza y la paloma de inocencia, pureza y vivacidad ; y el vino estimula la alegría de vivir y además incita a la vitalidad y a la reencarnación.
Por otra parte, el tema del amor humano tratado en El Cantar de los Cantares, ha jalonado toda la literatura universal desde las primitivas manifestaciones orales hasta los antecedentes egipcios, mesopotámicos, sumerios... y escritos que se manifiestan en algunos géneros y formas literarias preferentes:
Lírica: sonetos, odas, églogas, epigramas... como, por ejemplo:
Poesía lírica de la Antigüedad clásica greco-latina (de Safo, Catulo, Ovidio, Horacio); a la que se pueden agregar: mitos y leyendas como Dafne y Apolo, Orfeo y Eurídice; Píramo y Tisbe...
Poesía épica (la relación de Ulises y Calipso, el reencuentro de Ulises con Penélope, en La Odisea; el amor de Dido y Eneas en La Eneida).
Lírica trovadoresca, expresión del amor cortés; una cantiga de amor de la lírica gallego portuguesa y la “versión a lo divino” que ofrece Alfonso X en sus Cantigas a la Virgen María, 
Lírica renacentista y barroca: Egloga I y algún soneto (“Escrito está en mi alma vuestro gesto...” “¡Oh dulces prendas por mí mal halladas...” “En tanto que de rosa y azucena...” de Garcilaso de la Vega; Madrigal I de Gutierre de Cetina; sonetos de Lope de Vega (“Desmayarse, atreverse, estar furioso”; “Irse y quedarse y con quedar partirse”; “Ya no quiero más bien que sólo amaros”...); canciones o sonetos de Dante a Beatriz; del Cancionero de Petrarca;  la Balada de las damas de antaño, parodia del amor cortés de Francois Villon...; Góngora (“La dulce boca que a gustar convida...” “Descaminado, enfermo, peregrino...”); de Quevedo (“Es hielo abrasador, es fuego helado...”; “Amor me ocupa el seso y los sentidos...”; “Cerrar podrá mis ojos la postrera muerte...”); de Sor Juana Inés de la Cruz (“Detente, sombra de mi bien esquivo...”; “Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba...”; segmentos del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz; sonetos de Pierre de Ronsard (de su obra Los Amores) y de Shakespeare.

Fragmentos de dramas románticos: Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas; Don Juan Tenorio de José Zorrilla; ‘Canto a Teresa’ de El Diablo Mundo de José de Espronceda; “Nocturno” de José Asunción Silva, “Amo, Amas”, o “Versos de Otoño” de Rubén Darío.

 Romances líricos castellanos (Fonte Frida, Romance del Conde Niño, entre otros); alguna Serranilla del Marqués de Santillana; fragmentos del Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita.
Cuentos, novelas, dramas como relatos medievales de historias de amor como la de Tristán e Isolda; las del ciclo artúrico y el amor caballeresco, como las de Lancelot o del caballero de la carreta Percebal o Cuento del Grial de Chretien de Troyes; narraciones como la Balada de los dos amantes de María de Francia;; la alabanza a Dios a través del amor a sus criaturas del Cántico de San Francisco; La Celestina expresión de la pasión amorosa que conduce a “amargo y desastrado fin”.Del movimiento romántico: segmentos de la “Oda al ruiseñor” o de la Balada “ La Belle dame sans merci” de John Keats; de “Quejas de Menón por Diótima” de Hölderlin; de “Himnos a la noche” de Novalis; de Lamartine, “El lago”; “El cuervo”, “Annabel Lee” de Edgar Allan Poe; Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer.

Géneros no literarios, como diálogos filosóficos (Fedro, El Banquete de Platón), tratados (por ejemplo, Ars Amandi de Ovidio, su paráfrasis en el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita; Del Amor, de Sthendal; Estudios sobre el amor de Ortega y Gasset), o cartas, confesiones, memorias, testimonios (por ejemplo Cartas de Abelardo y Eloísa; de Carmen Arriagada a Mauricio Rugendas; de Lord Nelson a Lady Hamilton; de John Keats a Fanny Brawne).
Esta expresión del amor mostrada en este bellísimo poema incluye el tópico del amor post mortem o eterno que es la forma máxima de expresión de la fuerza del amor junto con muchos otros tópicos que giran alrededor de él,  y los cuales probablemente antes, y con toda seguridad, después, han contribuido a seguir conformando una visión del amor en toda su complejidad humana. Entre estos otros tópicos encontramos: las quejas del enamorado, el amor como enfermedad en sentido de sufrimiento pasional, la locura de amor, la visión del amado o la amada como seres ideales ... 
En conclusión, este polémico cantar, nos sitúa ante una realidad humana compleja y universal, el amor, que ha sido sometido a interpretaciones sociales según la cultura, la ideología  y la época, que nos emociona por su belleza y nos remonta a una vivencia de este sentimiento muy vinculada con la naturaleza, hecho que nos obliga a decantarnos por una explicación exclusivamente literaria que considera al Cantar como un conjunto de poemas donde se muestra la relación entre dos amantes quienes liberados de dogmas viven su amor en un locus amoenus carente de prejuicios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe aquí tu comentario